La Dama Oscura, Sylvanas Brisaveloz, no es ajena a la crueldad del Rey Exánime. Durante la Tercera Guerra, el caballero de la Muerte Arthas lideró a un ejército de la Plaga hasta Quel'Thalas, tierra natal de Sylvanas, y utilizó la poderosa magia de la Fuente del Sol para revivir como no-muerto al nigromante caído Kel'Thuzad. En su función de general forestal de Lunargenta, Sylvanas luchó con valentía contra la Plaga, pero Arthas salió vencedor en la batalla. En lugar de otorgar a Sylvanas una muerte rápida, Arthas arrancó el alma de la forestal general de su cuerpo. Entonces la convirtió en un alma en pena y obligó a Sylvanas a colaborar con la Plaga mientras profanaban Quel'Thalas y liquidaban a los habitantes del reino.
Más tarde, Sylvanas recuperó su libertad después de que Illidan Tempestira asaltara el Trono Helado. El ataque de Illidan había ensanchado una grieta ya existente en el trono, consiguiendo así debilitar el control del Rey Exánime sobre parte de los miembros de la Plaga. Al sentir que ya no estaba sujeta a la voluntad de su amo oscuro, Sylvanas recuperó su cuerpo y juró vengar su muerte. Estuvo a punto de lograr su objetivo cuando un grupo de almas en pena leales a Sylvanas atacaron a Arthas en una emboscada. Durante el ataque, Sylvanas paralizó a su némesis con la ayuda de una flecha envenenada, pero Kel'Thuzad intervino y salvó a Arthas. Tras dicho intento de asesinato, Arthas viajó hasta Rasganorte y se fusionó con el Rey Exánime. Mientras tanto, Sylvanas reunió a otros no-muertos (hoy conocidos como los Renegados) y estableció la ciudad de Entrañas bajo las ruinas de la capital de Lordaeron. Con los Renegados a sus órdenes, Sylvanas declaró la guerra a la Plaga y acabó uniéndose a la Horda. Esta asociación resultó beneficiosa para ambos bandos, pues las fuerzas de los Renegados, relativamente pequeñas, requerían ayuda en su ofensiva contra el Rey Exánime, y la Horda deseaba contar con una avanzada en los Reinos del Este.
Sylvanas ha tenido que hacer frente a muchos desafíos desde que quedara libre del control del Rey Exánime. Aunque son enemigos de la Plaga, la Dama Oscura y sus súbditos son constantemente perseguidos por aquellos que desean acabar con todos los no-muertos. Incluso algunos de los Renegados le han dado problemas. Recientemente Sylvanas se ha tenido que enfrentar a la insurgencia de un grupo de demonios y Renegados rebeldes dirigidos por el Señor del Terror Varimathras y el gran boticario Putress: en el transcurso de un ataque conjunto de la Horda y de la Alianza sobre la Puerta de Cólera en Rasganorte, Putress desató una nueva peste que mató indistintamente tanto a amigos como enemigos, y Varimathras y sus partidarios tomaron Entrañas. Sylvanas no tardó en derrotar a sus enemigos y recuperar Entrañas, una victoria que únicamente fue posible gracias a la ayuda de la Horda. No obstante, algunos de los aliados de la Dama Oscura creen que ella tuvo algo que ver en la traición acontecida en la Puerta de Cólera.
A pesar de los obstáculos y distracciones, Sylvanas sigue centrándose en su objetivo final: la venganza. Ahora que los Renegados y la Horda han comenzado su asalto a la fortaleza del Rey Exánime, Sylvanas cree que su destino está al alcance de la mano.